La lección de la hormiga - Proverbios 6
Proverbios 6:6 Tú, holgazán, aprende una lección de las hormigas. ¡Aprende de lo que hacen y hazte sabio!
¿Nunca ha tenido usted en su casa un problema con la invasión de hormigas? ¡Qué persistentes son estos diminutos insectos! Tenemos un contrato con un fumigador profesional, sin embargo, las insistentes hormigas siempre hacen su aparición. Estos insectos no dependen de un líder o capitán que esté mandándoles para que hagan su trabajo. Su instinto otorgado por Dios las hace ser diligentes y prepararse para lo que viene.
Con razón, el proverbista envía a los perezosos a que aprendan la lección de la hormiga. Uno de los malos hábitos que más persigue a los creyentes, conectado a la pereza, es la procrastinación. La podemos definir como la postergación o posposición de cosas importantes que se deben realizar y que sustituimos por otras menos importantes, pero quizás más agradables a nuestros ojos. ¿No le parece que esto es una característica muy usual en nuestra generación?
Un dato bastante conocido referente a las hormigas, es que pueden cargar 50 veces su propio peso y 30 veces el volumen de su cuerpo. Además, algunos científicos aseguran que es el animal con el cerebro más grande en proporción a su tamaño. Todo esto es interesante, pero ¿ha observado usted alguna vez una hormiga llevando una carga sobre sí misma y a la misma vez intentando trepar por algún lugar? Cuantas veces se le cae la carga, vuelven a recogerla y a intentarlo otra vez. Qué bochornoso que muchos de nosotros soltamos lo que sea, al menor tropiezo o inconveniente.
Observemos a las hormigas, despojémonos de la pereza y conquistemos la procrastinación. Permitamos que la gracia de Dios nos habilite y nos de las fuerzas que necesitamos para ir en pos de Su voluntad.
Oración
Dios de infinita bondad, acudimos a ti pues dependemos de tu gracia. Enséñanos a valorar el tiempo y las oportunidades que nos concedes cotidianamente. Ayúdanos a lidiar con el cansancio, la pereza y las pasiones de nuestra carne que aborrecen la disciplina y la corrección. Ayúdanos a ordenar nuestros asuntos y a ser diligentes con todas las cosas que nos has entregado para administrarlas.
Te suplicamos todo esto en el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
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