La verdad de Dios - Proverbios 30

Por Richard González
Pastor Iglesia Bíblica Gracia Verdadera

“Donde encuentro verdad, encuentro a mi Dios, que es la verdad misma” - San Agustin

Proverbios 30:5-6 Toda palabra de Dios demuestra ser verdadera. Él es un escudo para todos los que buscan su protección. No agregues nada a sus palabras, o podría reprenderte y ponerte al descubierto como un mentiroso.

Todas las palabras de la Escritura son palabras de Dios mismo, y no creerlas o desobedecerlas, es no creer o desobedecer a Dios mismo. Esto significa que todas las palabras de la Biblia son autoritativas y son absolutamente veraces. Estas afirmaciones son continuamente retadas y objetadas por el sistema de verdades relativas en el cual vivimos hoy.

Cuando Jesús estuvo siendo juzgado por Poncio Pilato, le dijo que había sido enviado para dar testimonio de la verdad. Pilato le preguntó, ¿qué es la verdad? Esa pregunta ha resonado en todas las épocas de la historia de la humanidad. Hay corrientes filosóficas que niegan que pueda existir alguna verdad absoluta, sino solo la percepción individual de la realidad. Sin embargo, la Biblia afirma de ella misma, que es la verdad absoluta de Dios.

El apóstol Pablo escribiéndole a los romanos expresa, “sea Dios veraz y todo hombre mentiroso”. Cuando hablamos de la verdad de Dios nos referimos a la cosmovisión divina. Es como Dios ve la realidad. Nosotros como seres humanos finitos tenemos ángulos limitados de la verdad. Dios tiene todos los ángulos porque Él mismo es la verdad; la única verdad absoluta.

Jesus dijo:

—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí — Juan 14:6

Él es la verdad. Recalco, la única verdad absoluta que no depende del ángulo o la óptica de ningún mortal. Lo extraordinario de todo esto es lo siguiente: las supuestas verdades de los hombres terminan esclavizándolo; la verdad de Dios trae absoluta libertad.

Juan 8:32 declara: y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

Oración 

Señor de gloria y de poder; vivimos asombrados de tu grandeza y majestad. Gracias por que en Cristo Jesús nos has hecho libres con el poder de tu Palabra, la cual es la verdad absoluta que nosotros necesitamos. Ayúdanos, por favor, a crecer en ella y a proclamar tu verdad por todas partes.

Alúmbranos por favor con tus palabras verdaderas, y aleja de nosotros la mentira y el error. Te lo suplicamos en el Nombre del Señor Jesucristo, el Rey de la gloria. Amén.

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