Dirigiendo a nuestros hijos - Proverbios 22

Por Richard González
Pastor Iglesia Bíblica Gracia Verdadera

Proverbios 22:6 Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán.

Si alguien piensa que es simple dirigir a nuestros hijos en el camino de la rectitud, en este siglo en que reina la información, está muy equivocado.

Nuestros hijos parecen nacer con habilidades tecnológicas y cibernéticas. Si ve a un adulto con problemas para descifrar un celular último modelo, aun leyendo las instrucciones, entrégueselo a un niño y sin leer nada lo descifrará en minutos.

Todas esas habilidades parecen buenas, pero a la vez pueden ser absolutamente perniciosas para el desarrollo espiritual y moral de un menor. La internet con todas las cosas buenas que pueda producir, también representa la puerta a un mundo de maldad que se encuentra en la punta de los dedos.

Como padres cristianos tenemos la responsabilidad de cuidar y velar por la información que llega a la mente de nuestros hijos, por lo menos mientras se encuentran en edades en que son nuestra entera responsabilidad. Esa es la razón por la cual se nos ordena lo siguiente en la Escritura:

Deuteronomio 6:6-7 Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.

Por supuesto, la única manera de criar a nuestros hijos en el Señor es a través de una cosmovisión bíblica. Cuando el evangelio se convierte en los lentes a través de los cuales vemos, juzgamos y discernimos la vida, entonces nuestra forma de criar se someterá de forma natural a los principios bíblicos.

No nos avergoncemos de predicar el evangelio en nuestros hogares. No creamos la mentira de que debemos ser padres “cool”. Nuestros hijos necesitan padres piadosos que les enseñen la inmensa gracia que ha venido a rescatar a nosotros los pecadores.

Oración

Dios grande y maravilloso, te exaltamos solo a Ti. Gracias por la herencia y bendición que nos has dado con nuestros hijos. Ayúdanos a criarlos en tu temor y amonestación. Concédenos la tenacidad para mantener viva la enseñanza de tu Palabra y la predicación del evangelio en nuestros hogares. Ayúdanos a predicar también con nuestro ejemplo y testimonio.

Protégelos en medio de este siglo perverso. Amén.

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