Confía en el Señor - Proverbios 3
Proverbios 3:5 Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento.
Los medios publicitarios están llenos de anuncios que piden que pongamos nuestra confianza en métodos y fórmulas dudosas. Nos prometen adelgazar sin dietas o ejercicios, te aseguran que con cierta máquina o artefacto puedes obtener un cuerpo escultural con 10 minutos tres veces por semana. Nunca falta algún tipo de fórmula que pretende sanar desde la caspa hasta el cáncer, sin ningún estudio que pueda probarlo, o músculos abdominales con una faja que vibra, y todo esto mientras ves televisión y comes lo que te apetezca.
En un mundo de tantos fraudes, ¿dónde colocamos nuestra confianza? En este proverbio Salomón nos enseña que la sabiduría divina es fuente de confianza.
Podemos estar seguros de que la sabiduría de Dios siempre nos enraizará en la doctrina correcta. No hay confusión en la verdad de Dios, Él es luz y claridad. En medio de este sistema lleno de engaños y falsedades, necesitamos colocar toda nuestra confianza en Dios y en su Palabra, que es la fuente de inteligencia y entendimiento. Así jamás seremos engañados.
Si nos llenamos del conocimiento de Dios, nuestra confianza en Él será un oasis de descanso y reposo. Después de todo quién mejor que Él para tener cuidado de nosotros. Aun en momentos de corrección y disciplina divina, estaremos seguros de que su propósito no es destructivo sino redentor y restaurador.
Si dependemos de nuestro propio entendimiento, quedaremos postrados y abatidos. Si nos abandonamos en los brazos de la providencia y la soberanía de Dios, aun en la tormenta estaremos firmes y tendremos la paz que sobrepasa todo entendimiento.
Oración
Padre de gracia y de misericordia; acudimos a Ti en el nombre del Señor Jesucristo. Tantas voces, tantas fórmulas, tantos esquemas que reclaman nuestra confianza. Enséñanos a confiar solamente en Ti. Permite que tu poderosa Palabra se enraíce tan profundamente dentro de nosotros que se convierta en un ancla firme para nuestra alma.
Enséñanos a no rebelarnos contra Ti, cuando somos corregidos y disciplinados. Queremos confiar plenamente en Ti. Ayúdanos en nuestros momentos de duda e incertidumbre. Tú te acuerdas de nuestra condición, te acuerdas de que somos polvo.
Oh, Señor glorioso, a quién iremos sino solo a Ti. Eres nuestro escudo y nuestra fortaleza, eres nuestro pronto auxilio en la tribulación. Gracias por todo lo que a través de tu Hijo hiciste por nosotros, y todo sin nosotros merecerlo. A Ti sea toda la gloria por la eternidad. Amén.
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